lunes, 25 de abril de 2016

Es difícil descubrir y re descubrirse, darnos cuenta hasta que punto somos capaces de tolerar lo que vemos, lo que vivimos y sentimos.
Me pregunto todo el tiempo si te das cuenta, si al menos te atraviesa la idea por la cabeza, si te llegan las palabras que nunca te digo... o si acaso te acostumbraste como yo, a que lo que no se dice no se sabe, no se siente y se queda en ninguna parte. O lo que hace esto peor, no existe.
Lo que sin pensar pudo haber sido lindo, se transforma en algo difuso, más bien una realidad aclarada, no más que eso... a mi el corazón se me encoge de una manera escalofriante, no se explicarte de otra forma lo que me provoca la infelicidad, no encontrar un oído que escuche esto y sin juzgar, lo odiosa que me pongo cada martes... y tantas otras cosas.
Lo que yo te quiero queda en mí y en tal caso, inconcluso, destiñendo besos en silencio, abrazos escondidos, deseos enojados, celos involuntarios... y si esto me confunde, me mezcla o me revuelve aún más lo que siento, que valga la pena entonces, porque aún cuando la vida me corrompe, siento que siempre me deja un hilito de amor, que me devuelve a todas las otras cosas...de mi vida.

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