lunes, 8 de diciembre de 2014

Estoy tan jodidamente bien conmigo misma, que me encanto.
Soy mi mejor ejemplo.

Por otra parte, las personas que terminan sobreviviendo a ellas mismas, aparentando lo que no son, me asustan. Pero si hablo de asustarme, a veces me asusto hasta de mi felicidad, en fin. Pero sí, soy feliz. Atrapada pero feliz. Atrapada en mis miles de miedos, (como todos) porque llevo conmigo todos los sueños por cumplir, que en el intento por realizarlos, no sobran los que esperan que falle. Soy tan desconfiada de la gente como irónica con ellos. 

Pero vivo de esperanzas, ajá, no me las quitan nadie.

Llevo algún tiempo sin escribir, y si es por contar también llevo mil cosas en la espalda, sólo que a veces el silencio es la mejor opción.
Hoy pienso, por pensar algo... como cada fin de año, siempre es un buen tiempo para un cambio, para abrir la puerta a todo lo bueno que he hecho, y recojer lo merecido por derecho propio. Respiro.

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