viernes, 12 de diciembre de 2014

No hay manera de penetrar la soledad y la dureza más infinita. No hay forma de llevar un corazón que no sabe amar. Es completamente lógico para mi hoy, aunque en cuestión de entenderlo o compartirlo, yo voy por otros lados siempre... No hay forma de que yo pueda ponerme esos zapatos, dar esos pasos tan escurridizos, tan desamparados, en ese aspecto soy totalmente agradecida de la vida, de los abrazos repletos de amor que puedo dar.

Hoy me cruce con una persona que me hizo pensar en la buena y en la mala suerte, en las vueltas de la vida, en el azar y en la fortuna que nos limita o nos forma, en la mochila que todos llevamos encima y pocas veces bajamos para descansar. ¿Hay culpables o consecuencias? ¿estamos determinados de antemano? la vida misma es un circulo vicioso aunque nos empecinemos por necesidad en hacer lo contrario. Una ruleta rusa, eso. Nos toca lo que nos toca, pero sin duda podemos volver a tirar el dado y seguir jugando...


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