jueves, 10 de mayo de 2012

Cadavre Exquis


Creo que me morí ese día en que me encontré con la mentira y el engaño. El día en que dejé de confiar en los demás, porque me engañaron de tal manera, que se me fue todo al carajo, desde ese día me volví una planta, sin amor, el hombre sin amor es una planta, dicen.

Realmente fueron meses de muerte, de muerta. Ojerosa, sin hablar, ¿Puede una persona causarte tanto daño? Enferma todo el tiempo, desganada, tirada. Pase meses tirada de verdad. Creo que un papel en la calle es tirado con más belleza, con más delicadeza que yo. Incluso esas flores que siempre cuento que vi tiradas en un sesto de basura, fueron tiradas de mejor forma que yo, mi amor no merecía terminar así. Yo no merecía tirarme así.

Después de cosas tan faltas de respeto y amor, después de daños tan inhumanos uno aprende a maquillarse mejor, como quien va a trabajar a un circo, con la mejor sonrisa. Tanto, que la gente que no me conoce creo que no sabe clasificarme todavía, no los convenzo, no saben si creerme un ángel, un payaso o un muerto.
Así, con esa careta de ángel y de cadáver me pasé los últimos meses participando entre los vivos, para que no se notara nada, para que no se en cuenta de nada.

Resucitar no es algo fácil, así como el olvido, también es cosa de todos los días. Todos los días me despierto y es momento de resucitar, a veces no puedo, me tiro de nuevo, viajando entre sonrisas falsas, sueños rotos, amores de mentira, hombres cobardes. Y por ahí ando yo y por allá anda mi alma, perdiéndose, tocando fondo, buscando una vuelta de tuerca más.

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