lunes, 15 de septiembre de 2014

El mundo nada es sin las personas que elegimos para vivir, para ser. Nada es sin una lección que aprender, sin una mirada que compartir, sin una sonrisa que regalar... sin una compañía en el proceso de vivir o creer estar viviendo. Nada tenemos para hacer en la vida si no logramos rodearnos de corazones latentes, de personas transparentes y llenas de luz.


Hay cosas que nunca quiero perder de este lugar y son las sonrisas y las palabras verdaderas que cuidan y abrazan de mil maneras, a veces con alegría, otras con tristeza o una paciencia infinita, como si nada importara más que hacer bien a los demás...

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