Te creíste en ese rol de sanador, un consuelo y que fue caído del cielo,
una guía protectora, salvadora, creadora, dar señales que mejoran.
Y quisiste retener a un pirata lastimado que no asume que su tiempo ya ha pasado, ser para los demás te deja mal, tan cumplidora, que a sí misma se abandona.
Tan cerca, cerca, muy cerca, cerca.
Hoy se ciega los ojos, busca una explicación a tanta emoción, cuánta emoción.
Y te hundís en tu cabeza que es la madeja de un ovillo,
tu corazón se hizo un anillo que a nadie pudo enlazar.
Prometer hace tan mal como cumplir, es mejor traicionar que dejarse morir.
Gustado Cordera - Almas armadas
No hay comentarios:
Publicar un comentario