lunes, 4 de junio de 2012

Llegas tarde y sin alma, con un hilito de voz que se quiebra de tanta mentira que pesa en tu boca, de una boca que a veces me quiere y a veces me odia y comienza el desafío, de que te marches y me dejes solo, frío. Y te juro que he tratado de entenderte, pero tu orgullo es quien enciende mi rabia, maldito sea tu escudo y maldita mi calma, malditas sean las palabras que acompañan las dudas, las veces que has llorado en los recuerdos que por miedo has borrado. Ahora cuando cambia el aire, cuando al despertar ya no duela por dentro, ahora que te quema el cuerpo, de todas las heridas que dejaste amor...

Ahora puedes llorar, llenar un mar en soledad o tratar de hacer girar atrás el tiempo, deshacer entero el universo que tu ausencia se me fue desgastando.

Y amanecer sin ti sin tenerle miedo a la tormenta, a esa que te inventas que me dejas en el alma. También puedes vivir dejando todo en el olvido o cubrir con tu destino la locura, ¿cómo sobrevive tu ternura cuando te desnudas y te entregas en silencio? Cuantas veces me abracé con el viento.

Y amanecer sin ti sin tenerle miedo a la tormenta, a esa que te inventas,
que me dejas en el alma como un desafío.

Vuelves pero escondes la mirada por si tus ojos desvelan secretos que callas, que sueltas cuando llega la noche y mi dilema no es la sombra que te espera
mi reto es luchar contra la pena que me queda, con los sueños que has borrado.


Sabroso - Desafío

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