Tengo que correr, tienes que correr a toda velocidad.
Veo tus pupilas descubriendo algún Chagall en el invierno, creo del ´83.
Yo estoy a tu lado revolviendo, ordenando libros viejos que leí pero olvidé.
Besos de tu madre en el teléfono y la lluvia es un espejo que me ayuda a verte bien, oigo tu sonrisa que ilumina el estudio y la cocina,
entre las copas y el café.
Tengo que correr, tienes que correr a toda velocidad.
Sabe amargo el licor, de las cosas queridas, se acabó lo mejor,
¿quién nos quita esta herida?
Tú me pierdes a mí yo te doy por perdida,
es la hora de huir, la despedida.
Fito Paez - La despedida
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