viernes, 28 de febrero de 2014

Trager murió anoche de complicaciones por la pérdida de su alma gemela, y de su prometida. Tenía 35 años... de hablar suave y obsesivo. Trager nunca se mostró como un romántico perdido, pero en los últimos días de su vida reveló un lado desconocido de su psiquis. Esta persona oculta con características a la Junge, surgió durante la persecución al estilo Agatha Christie de su alma gemela. Una mujer con la que sólo pasó unas pocas horas preciosas. 

Lamentablemente, la extensa búsqueda acabó el sábado por la noche en un absoluto y completo fracaso.
Empero, ante la derrota, el valiente Trager se aferró a la creencia de que la vida no es sólo una serie de accidentes o coincidencias sin sentido. Es más bien una colección de hechos que culminan en un exquisito plan divino.
Cuando le preguntaron por la pérdida de su querido amigo, Dean Kansky, ganador del premio Pulitzer y director del New York Times, describió a Johnathan como un hombre cambiado en sus últimos días de vida."Las cosas se le había aclarado" afirmó Kansky.
Al final, Johnathan concluyó que para estar en armonía con el universo debemos poseer una fe inmensa en lo que los antiguos llamaban "fatum".
Lo que hoy en día definimos como destino.

Señales de amor (película)

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