Nada de lo que vale la
pena en la vida existe.
Ni la felicidad, ni el amor, ni el sentido de la
vida, ni nosotros mismos.
El mundo está vacío, no hay nada en él para
nosotros.
Todo tenemos que hacerlo, pero creo que eso es lo maravilloso.
El mundo es una página en blanco para escribir historias, es barro para
construir, un escenario para improvisar nuestra obra, un lienzo para
pintarnos a nosotros mismos.
Los
materiales podemos hallarlos en los lugares más insospechados, la
materia que todo lo une es el tiempo. No lo desperdicies, deja de buscar
respuestas prefabricadas, sal a buscar la materia prima para inventarlo
todo.
Puedes inventarte la felicidad con las luces de la mañana, el
amor con la sonrisa de un desconocido, el sentido de la vida en el fondo
de un verso oscuro. Las posibilidades son infinitas, lo único finito es
el número de días que tenemos para hacerlo.
Aprovecha el
día. No lo desperdicies distrayendo el vacío.
Llegará el día en que
tendrás que leer tu propia historia,
ese es el único final que te
espera.
Carpe diem
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