jueves, 24 de mayo de 2012

Parece que no soy demasiado, ni siquiera lo bastante, tampoco lo suficientemente buena, pero no por eso dejan de mirarme esperando algo,
no por eso dejan de exigirme soluciones.

Yo les preguntaría a todos si están locos o la loca soy yo.
¿Estan bien de la cabeza? ¿Estamos todos bien de la cabeza?

Me deprimo casi todo los días, ya no uso medias de colores diferentes y no me como las uñas hace años, ya no soy una niña. Pero convino todo los colores posibles de la casa, acomodo por tipo, tamaño, color y hasta por fecha, lavo las zapatillas todo el tiempo, lavo todo, todo el tiempo. No como cuando estoy sola, no cocino nada, tengo hambre, tengo hambre todo el tiempo, empiezo a creer que no puedo vivir sola, me obsesiono con todo.

Hablo sola todo el tiempo y un largo etcétera de desquicios cotidianos. ¿Entonces todavía quieren que les diga algo? Todos ustedes deberían aprender a hablarse solos, a amarse, a sonreirse todos los días, no hay mejor solución que esa, que hacerse cargo de sus propios problemas y enfrentarlos con una sonrisa en la cara.

¿Algo más? Manejense, LOCOS!

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