A veces te hablo desde el amor, otras veces desde los celos, de los días que no pasas cerca mío, de la rabia de saberte lejos, imposible. Y al final, te hablo desde el corazón, para decirte que hoy puedo darme cuenta que el hecho de que no estés no es lo más grave, que posponer sin darme cuenta mi felicidad es lo más triste. Me gustaría recordarlo a diario para poder tener siempre esta visión clara que hoy tengo, para poder ponerme siempre por delante y no ignorar más esto que muchas veces quise evitar. Tu rutina imposible de revertir, por más bienvenido y cálido que te hiciera sentir, no la va a cambiar mi amor, ni el tuyo, ni nada.
El resto, es más simple de lo que parece. No supimos, nunca, dejar de mirarnos el ombligo. Y perdemos todos los días con algo que no es.
Todo va a seguir como hasta ahora, todo va a seguir... menos nosotros.