jueves, 5 de junio de 2014

El error más grande que cometemos a diario es que siempre tenemos algo que esperar de los demás, nos hacemos de espectativas, de ideas, en ves de intentar ver lo que es cada una de las personas que nos rodea. Pero el error no está en esperar, sino esperar sólo lo bueno... esperamos que nos den amor, esperamos que nos den atención, esperamos que nos quieran, esperamos que nos valoren, esperamos que nos respeten, esperamos que no nos mientan, vivimos esperando y depositando nuestra fe en las personas. Hoy reo que si vamos a esperar de los demás, deberíamos esperar tanto lo bueno como lo malo, es decir, no debemos idealizar a nadie, simplemente ser conscientes de que hay personas buenas y malas, y que no todos manejamos los mismos valores, incluso no todos hacemos valer nuestros propios valores. 
Somos humanos y nos equivocamos, algunos conscientes y otros inconscientemente, pero no podemos jurar no equivocarnos, no podes jurar no hacer daño, las palabras se las lleva el viento y a los hechos me remito. Nos equivocamos todo el tiempo, la vida es un constante aprendizaje de nuestros propios errores y por qué no de los ajenos también. Lo importante está en saber diferir entre lo consciente e inconsciente, lo que es hecho con propósito o no, tanto propio como ajeno. 

Entiendo que uno es como es, y si un hijo de puta es consciente de su hijaputez quiere decir que va a ir por la vida siendo un hijo de puta sin darse cuenta del daño que hace, porque para un hijo de puta es normal, y lo mismo pasa con una persona bondadosa, va por la vida con su bondad e inocencia encima, creyendo que es lo único que hay, y no jactándose de ser buena persona, simplemente lo es y espera lo mismo... pero si decidimos estar abiertos a esperar cualquier cosa, nos desilusionaríamos menos de los demás.

No hablo desde la negatividad, hablo desde la realidad, si nos abrimos a todas las posibilidades nos sacamos un peso de encima, un posible problema, mal estar, desengaño. Esperemos lo bueno, sí, pero también lo malo, para sorprendernos menos y aceptar más. Aceptar porque todo lo malo trae consigo algo bueno, incluso puedo decir, después de todo, que es una suerte, un privilegio, porque vemos la vida desde una perspectiva diferente al resto, y porque aprendemos a encontrar la felicidad en los pequeños detalles que nos da la vida, en los pequeños momentos que podemos compartir, en un abrazo, una sonrisa, un como estás, un mate... pero claro, siempre está presente lo que cada uno elige ser, incluso lo que cada uno elige hacer con lo que hicieron de nosotros. Podemos aprender de los errores, de las cosas malas de la vida y elegir ser buena gente, o podes usarlo para justificarte, para ser malicioso, para hacer daño, en ese sentido, siempre podemos elegir que ser en la vida...

SI, VOLVÍ, COMO SIEMPRE, UNA VEZ MÁS.
Una vuelta de tuerca más, y más, mucho más amor, por favor...

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