miércoles, 4 de septiembre de 2013

La imperfección de las cosas

Esto no se trata de lo que pasa, tampoco se trata de él, no se si es mucho o poco, exagerado o no, pero así son las cosas conmigo, se trata de mi. Se trata de sentir, de como sentir, de las palabras que quedan y de las que no se vuelve atrás.

No se trata de cerrar una puerta, cuando no hay nada, nada se cierra tampoco, se trata de no abrir, de no querer abrir nada ya, de que cuando las cosas no empiezan bien, no se pueden seguir bien, de que cruzarte con una persona puede sonar divertido pero a la corta, en este caso, termina siendo aburrido y estúpido. Es estúpido empecinarnos en seguir en un mismo lugar y con las mismas personas que, realmente, no lo ven ni lo sienten como vos.

Se trata de y por lo que uno no dice, de orgullos de mierda que te llevan a nada, literalmente a la nada, se trata de que uno a estas alturas ya no tiene ganas de ir por nadie, de buscar nada, de que las cosas de dan, o no se dan, y es esta la cuestión, no se dan.

Se trata de como son las cosas y como deberían ser en el caso de quererlas, o tal vez simplemente no se esperan lo suficiente como para que pasen. Cuando algo no se desea realmente, lo más probable es que nunca termine por pasar.

Después de estos lindos meses de  intentar conocer a una persona, me tiro  para atrás y basta, lamento haber  querido ver su lado lindo y dulce,  lamento haber confundido sus  verdades  absolutas con palabras de  aliento, lamento haber imaginado algo  tierno atrás de esos ojos oscuros y  muecas queriendo ser sonrisas a  secas,  pero sobre todo lamento tanto  perder el tiempo intentando conocer a  una persona que se resiste a toda cosa  bella de la vida.


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