"Voy a tomarme hasta los trenes que no van a venir... parte de mí no cambió, y a la vez ya no soy el viejo Andrés, que no dormía jamás. Que subidón, que momento ideal, encontré la mitad del amor".
Dicen que para reír no hace falta mirar atrás,
y esta vez para mi tienen razón.
Andrés Calamaro
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