¿Habrán todavía algunas huellas mías pintadas de colores en las paredes de esa casa?, ¿como será, ahora sin mi ese lugarsito en el que era yo, en el que viví una temporada de amor?
Los cd's, la música, la almohada afanada del bondi, el imán de nqn, un mate regional sabor limón, la lámpara en la cama, el amor... ¿Seguirá todo en su lugar, el lugar que tenían las cosas cuando habían sueños para mi? Cuanto amor compartido en esa cama, cuantas horas sin dormir, amaneceres, lágrimas de felicidad, sonrisas, abrazos, y esa cosa tan lógica nuestra, que nos hacia despegar de la almohada para retomar nuestro amor, un amor más grande del mundo.
Un lugar, algo así como un hogar, con ese olorsito de confianza tremenda, con un camino recto hacía el solsito que entraba todas las mañanas haciendo brillar las flores pintadas por una tal Angelita...
A veces me pregunto si seguirá en su lugar el lorito tímido y hermoso, las flores pintadas, nuestra foto, la casa, él en la casa, su amor, o no se, algo... A veces me pregunto, si al menos mi lugar en el mundo sigue siendo mi lugar en el mundo, y sobre todo si sigue siendo mío, porque él es siempre, pese a todo, mi lugar en el mundo y a donde yo siempre sueño volver...
Cuantas veces nos encontramos amándonos tanto, de cualquier forma, cuantas veces nos vimos reír de la manera más hermosa y ser felices, tomando un mate de calabaza y huyendo en algún sueño no muy lejano, por entonces... dilataste mis pupilas, si habremos aprendido a ser felices mi amor... podes no decirme nada, podes seguir la vida entera mía sin decirme nada, pero si habremos aprendido a ser felices juntos amor mío...
La cocina en donde te vi derrapar, el sillonsito con ese obligado enredamiento de cuerpos mirando los simpson o algún otro dibujo zarpado y tonto de esos que te sabias de memoria y te sacaban las sonrisas más hermosas e inocentes que nunca antes vi, las cajas de mudanza que nunca abriste, el olorsito de tu cuerpo, la cremita de coco, la mesa chiquitita, las ganas de conquistar el mundo, los dibujos, los escritos, las charlas, las cenas, las madrugadas felices en tus brazos, me pregunto a donde quedo todo eso...
Cuantas veces mi amor, cuantas veces entre en ese rinconsito del mundo, cuantas veces un bolsito de ropa con un pasaje de vuelta, un calamaro cantado a gritos, ale sanz, lo que venga, siempre lo que venga iba bien, cuantas veces eso que iba tan bien...
Arte, amor mío, la costumbre de ser feliz dándote mi amor de cualquier forma y color, palpable, loco, desprolijo, hermoso, arte eran esas ganas mías de vos, esas ganas de no soltarnos nunca, ganas de viejitos, de besos, de mates, de sueños... de toda la vida.
Y también las noches, las lunas hermosas, nuestras manos juntas la vez primera camino a terminal, tu mirada invasora, la imaginación volando, el portón ruidoso que me avisaba que ya estabas ahí, Hungría entre Rivadavia y Maza, la señora mala onda, Átomo, Waltmark, el pizzero loco, el almacén que descansa los lunes, el parque, las birras artesanales, los piesitos del bowling, la tonada, la gente, godoy cruz, las calles de godoy cruz, los nervios tremendos por haber conocido en dos segundos a esas dos hermosuras, las ganas tremendas de conocer tu mundo, tu gente, todo lo que amabas, lo que te formaba y lo que no... mi refugio, mi amor, mi mundo de colores, dónde estás...
Quiero creer, después de tanto, que está todo por ahí...
que va y viene, que hay un reflejo de nuestro amor...
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