No tengo ganas de despertarme y escuchar gritos y llantos.
No, no tengo ganas. No tengo ganas de oler un baño perfumado con desodorante de ambiente, ver espejos mojados a diario, pelos agenos,
5 cepillos por persona, cortina de baño con dibujos de peces,
y broches de cortina con forma de ranitas, no tengo ganas.
No tengo ganas de cuidar un perro que no es mío, cocinar para los demás, recibir ordenes. No tengo ganas de ver a Tinelli, soñando por cantar,
cantando por bailar, bailando por dos mangos,
ni por dos mangos me hago trola, no tengo ganas.
Todo esto que acabo de mencionar no es un desquite, no son cosas que me molestan, no. No son quejas, son simplemente un par de motivos más que válidos para pararme firme, ponerme media pila y pirarme a vivir sola.
Sin dignidad, nada de amoblamiento, cero comida.
Cien por ciento indigente, pero terriblemente necesario.
2 comentarios:
Terrible negra, te entiendo.
Terrible negra, te entiendo.
Publicar un comentario