Entonces el calor del sol que entra por la ventana se mezcla con el perfume de un Domingo, bastante tranquilo, miro por el espacio abierto que me deja la cortina azul, los rayitos de sol me dan en la cara, puedo ver mi sombra desprenderse de mi cuerpo, puedo ver mi alma desde otro lado. Es igual a cuando, mirandome en el espejo siento a otra persona en frente mío, que se parece bastante a mí pero no lo es, y aunque pueda devolverme las sonrisas incluso las lágrimas no es quien creo que es, pero ese domingo fue diferente, me reconocí entre medio de esa paz, de ese color, de ese sol, del perfume de un día bastante tranquilo.
Sonrío, respiro en paz, vuelvo a lo que estaba haciendo e inmediatamente ya no estaba todo eso que encontré, la realidad de mi vida fue quien me dió vuelta la cara, sin sueños, sin ganas. Así es todo acá, como siempre fue, como siempre dije, nada dura más de un rato conmigo, mejor que todo ese sentimiento fue no preguntarme nada, ni siquiera intentar volver, bajar la sonrisa y volver a esconder el corazón es lo que mejor que pude hacer, para que mas intentos...
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