lunes, 14 de mayo de 2012


Llegué a la conclusión de que mi perfume no es mío.
Mezclado con el frío de otoño es, no más ni menos que su olor,
el aroma de SU casa. Su espacio, su lugar, su hogar.

O, al menos cuando yo estaba, claro.

Lunes demasiado Cruel.

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