miércoles, 30 de mayo de 2012

De esa magnitud

Me angustian todas esas palabras que tengo atravesadas en la garganta y que no puedo decir, me paralizo ante el hecho de encontrarme bien incluso lloro por eso, dejando que un nuevo sol me traiga tranquilidad otra vez hasta el día en que vuelvo a recordar lo desdichada que soy y termino haciedome responsable de la desgracia en la que siento que vivo.

Y así todo el tiempo, estoy bien hasta que recuerdo que estoy mal, hasta secarme por dentro y despertarme con un nuevo rayito de sol y estar bien un tiempo, hasta recordar que estoy mal y ... (ya lo dije)

Así todo el tiempo. Que tristeza, por dió, piedad!

Ahora después de todo, estoy bien, tranquila escuchando un único piano que soy capaz de escuchar porque no tengo más posibilidades, pero estoy bien y vuelvo a preguntarme hasta cuando, cuantos ratos puede durar, cuantas horas o minutos van a pasar hasta que yo vuelva a pensar que nada tiene sentido y creer morirme por dentro, y llorar como una nena incapaz de creer que perdió un amor.


Alguien, piedad!

No hay comentarios: