martes, 1 de mayo de 2012

Basta (por hoy).

En mi nunca se acaban las quejas, no me considero una mina odiosa en lo más mínimo, pero creo que es una obligación quejarnos. Yo pienso que no estoy mal por eso, esta mal la gente que no lo hace, porque se guarda todo, porque tarde o temprano termina detonando, todo lo que guardamos hace mal al cuerpito también, y siempre digo, hay que cuidar el cuerpito.

Entonces bueno, esa es la cuestión, me quejo, grito, lloro, pataleo, puteo, todo el tiempo, me hace bien, soy feliz, me libera, es mi mejor estilo de vida, pienso nunca dejar de hacerlo.

Aún que a veces, días como hoy, no tengo de que...
O mejor dicho, hay momentos, hay personas con las que no podes, no hay motivo, no hay razón, no llegas a nada, siempre el mismo circulo vicioso, siempre el mismo pensamiento básico, entonces es cuando digo; ¿Para qué meter bocado? No da, no vale la pena, no es necesario, no me libera, no cambia absolutamente nada y no tengo ganas de acercar a algunas personas a la real existencia que tenemos todos, no tengo ganas de que alguien salga jodido de las conversaciones, no tengo ganas viste...

Hoy pienso que no vale la pena intentar convencer a nadie de nada, que mejor si cada uno piensa como quiere, que cada uno llegará a donde le de la cabezita, y no quiero ya preocuparme por eso, meterme en eso donde al final y sin querer termino dándole la bola que no se merece.

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