Cuando pasas tus manos por mi piel, tus dedos en la espalda me desgarran.
Me asusta la fuerza con la que se mueven, me da miedo que me ames tanto,
tal vez sin quererlo, algún día puedas sacarme la piel a pedasitos y entrar en mi pecho, ver y tener todo de mi hasta dejarme el alma blanca, de lado a lado.
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